Triste semana con la marcha de dos artistas catalanes universales que si hicieron patria con sus obras en coherencia con sus convicciones personales, recuerdo cuando «la Sardá» rechazó la cruz San Jordi porque se la daba un corrupto toda una lección de vida tras darla en el teatro, en el cine y en la televisión. Grande Sardá buen tránsito hacia la eternidad. Gracias por tu exisiir.