En EEUU 
un porcentaje sorprendentemente alto de profesionales de la salud, funcionarios y trabajadores en primera línea de lucha contra «el bicho» en todo el país, a quienes se les ha dado prioridad para recibir de los primeros la vacuna contra el coronavirus, dudan o se niegan rotundamente a tomarla.
Veamos algunos de los hechos acontencidos las últimas semanas en los EEUU:
El gobernador de Ohio, Mike DeWine, dijo estar «preocupado» por el número relativamente bajo de trabajadores de residencias de ancianos que eligieron vacunarse, indicando que aproximadamente el 60% de los mismos rechazó la vacuna.
El Dr. Joseph Varon, jefe de la unidad de cuidados intensivos del United Memorial Medical Center de Houston, comentó en diciembre que más de la mitad de las enfermeras de su unidad informaron que no se vacunarian.
Aproximadamente el 55% de los bomberos del Departamento de Bomberos de Nueva York encuestados mostraron su interes en no vacunarse, dijo el mes pasado el presidente de la Asociación de Bomberos.
El Los Angeles Times se informó el jueves pasado que funcionarios de un hospital público en Riverside, California, se han visto obligados a buscar una mejor forma de asignar las dosis sin usar después de que un 50% de trabajadores se negasen a vacunarse.
Menos de la mitad de los trabajadores del hospital de St. Elizabeth Community Hospital en el condado de Tehama, California, estaban dispuestos a vacunarse y, según los informes, entre un 20% y 40% de funcionarios de salud en Los Ángeles han rechazado la oportunidad de vacunarse.
La Dra. Nikhila Juvvadi, directora clínica del Hospital Loretto de Chicago, dijo que se realizó una encuesta en diciembre y el 40% del personal del hospital afirmó que no se vacunaría.
Fuente y articulo completo: forbes.com
forbes.com/sites/tommybeer/2021/01/02/large-numbers-of-health-care-and-frontline-workers-are-refusing-covid-19-vaccine/