En las últimas semanas la opinión pública ha estado repartiendo noticias para dar de comer a los ciudadanos de la polémica. La vacuna, una palabra de connotación amistosa y agradable, socialmente bien aceptada, como un billete de 50 euros que gusta a todo el mundo, está en boca de todos, acaso porque los medios de comunicación no dejan de manosearla. Ahora dicen que la pongo, ahora la suspendo o la reanudo. En este país sí, pero en este otro no. Este grupo de edad es el adecuado pero ahora lo amplío o reduzco. Te pongo la que tenga, si me llega, o te pongo de otra. Como en Francia, que si te han comenzado a vacunar con una y se agota, siguen con otra –como si el mecanismo de acción de todas fuese el mismo y por tanto intercambiables-.
La cuestión parece consistir en que la población reciba alguna vacuna, la que sea y como sea porque da igual lo que te pongan… porque sí… es como que pareciera que la salud de las personas da igual.
El objetivo, por tanto, es que «todos se vacunen«. Pero ¿de qué? ¿para qué? ¿por qué? Tan sólo incoar estas tres preguntas elementales sobre las vacunas ya levanta ampollas: «¡Es usted un conspiranoico, un antivacunas!«. Mire usted, tan sólo pregunto con educación y respeto el vacunarse de qué, para qué y por qué, no puedo entender dónde está el insulto o el deseo de polémica en estas tres sencillas preguntas. Y las hago a la comunidad de ciudadanos igual que se las he hecho a mis colegas médicos, a las instituciones e incluso a los periodistas, que también tienen derecho a informarse. Si tan importante es vacunarse ¿por qué hacerlo de este modo tan chapucero que ya de suyo ridiculiza la importancia de una medida sanitaria? Es como el prescribir medicación que el paciente se la va a tomar como le dé la gana, si es que se la toma. ¿Dónde están los colegios médicos para exigir un poco de formalidad en lo que se está haciendo con los ciudadanos?
Las consultas médicas que atendemos actualmente sirven de excusa para preguntar al médico si me vacuno o no me vacuno, porque la gente en general está desorientada respecto a los beneficios, riesgos o necesidades de tales medidas porque siguen las directrices de «en caso de duda consulte al BOE«. Ven que las colas de vacunación han caído a la mitad en los grandes centros donde se congregaban colas para ponerse algo experimental llamado «vacuna» –porque en la actualidad las casi 200 vacunas que se están desarrollando a nivel mundial son todas experimentales, estén o no en fase de uso en personas humanas, y lo dice la misma OMS en su web-. Escuchan que se suspenden vacunas o se notifican casos graves de efectos secundarios silenciados. Empiezan a preguntarse cómo es posible que haya un aumento de mortalidad en lo que llevamos de año con respecto a otros años, siendo así que estamos incrementando el número de personas que se vacunan. ¿O acaso es precisamente por ello? Leen que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos –pagado por los poderes que ya conocemos– empieza a sugerir que es ético y necesario que los países democráticos impongan la vacunación obligatoria. O que en Italia y en otros países donde los médicos y personal sanitario no se ha querido vacunar sugieran presionarles con la retirada de licencias a los médicos que no quieran vacunarse.
La libertad está en juego. Los médicos no se han pronunciado sobre la necesidad de obligar a la vacunación general ante una enfermedad con una letalidad inferior al 1%… Se han callado, y han dejado que la población acuda a ponerse una inyección (la que sea, da igual) sin haberse prescrito, cobardía sobre cobardía. Independientemente de lo que venga después, hasta aquí ya lo hemos hecho mal, muy mal, con tanta complicidad silenciosa. Dejemos un poco de lado la radicalidad del apasionamiento y entreguémonos a la reflexión, que ya hemos hecho el necio bastante.
Fuente y articulo completo: Doctor Luis Miguel Benito de Benito
https://elmedicotraslaverdad.blogspot.com/2021/04/vacunas-porque-si.html
por supuesto que la salud no importa a los que mandan ni ahora ni nunca. las guerras han sido siempre para conquistar (lo que sea) y, no se ha parado en los muertos o heridos.
mi pareja se hizo una mamografía en una clínica privada sin ningún problema. en el hospital a la semana siguiente, se la tenía que hacer en el hospital público. primero le preguntaron si estaba vacunada y como la respuesta fue que si, con la primera de astrazeneca. le dijeron que no se la podían hacer y que le daban cita para otro día. jajajajajaja de chiste!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!