No hay manera, o qué manera de decepcionar este activo en un ambiente inflacionista donde debía brillar como lo que es, como el oro, como un faro en la noche despejada y con el mar como un plato debería estar cotizando tranquilamente por encima de 2100 con total solvencia y holganza, pero aún siendo uno de los activos que gran parte de gestores , consultores y asesores e incluso analistas expertos de mercado recomiendan para todo tipo de carteras a todo tipo de perfiles de inversión no hay manera.
Está en un momento donde ni es ponche ni limonada, mantiene tendencia alcista, solo faltaba que no vamos, ha corregido al 61,8% en tres tramos su último desplazamiento alcista tras el covid hasta el año pasado por estas mismas fechas, ha roto la bajita pero ni se despega de la alcista, ni de la ema 200 ni de los comentados 1800 dólares.
Ya hasta creemos que no sube por opinión contraria, es decir como el consenso de analistas habla tan bien de él y que hay que tenerlo que las manos fuertes están dejándolo de lado y están optando por otras commodities y por supuesto por la renta variable. También es verdad que otros metales preciosos están en momento off y tampoco se entiende con la inflación, masa monetaria y endeudamiento público que padece los EEUU.