Menos matemáticas pero más empresa y finanzas «a los niños»

Años 30, Omaha, estado de Nebraska. Un niño vocea las noticias del día en una esquina del centro de la ciudad. Con agilidad, va entregando ejemplares a las personas que se acercan a su ‘oficina’. También reparte diarios de puerta en puerta.

Al acabar esa tarea matutina, vende revistas y chicles. Mientras despacha a los clientes, observa a su alrededor sin perder detalle. Entonces se da cuenta de que más de un transeúnte desearía comprar un refresco en el camino a sus quehaceres. Sin perder el tiempo, evitando entrar en tiendas, en las que, además, las venden por packs. Aunque no es una operación de la dificultad que tendrían las que gestionaría décadas después, aquel crío de seis años se percata del asunto y actúa: compra un paquete de seis latas de Coca-Cola a 25 centavos y las vende después a 30. Beneficio: 5 centavos.

Estamos, nada y nada menos, ante el primer negocio de uno de los inversores más exitosos, carismáticos y peculiares del todos los tiempos. Señoras y señores, con ustedes, Mr. Warren Buffet.

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Este preámbulo no es más que una excusa para sugerir al cuerpo docente que forman a nuestros hijos que a partir de la ESO los críos si están preparados para empezar a recibir educación sexual, también lo están para hacer las tareas del hogar, desde planchar a poner enchufes, pintar, barnizar y esos quehaceres que todo hogar y familia necesita a diario para su común vivir.

También cabe en formar a los chavales robándole unas horas a las matemáticas en lo esencial de cómo actuar en un banco, como seleccionar productos, no caer en las trampas de una entidad financiera, valorar comisiones en función de los servicios, las hipotecas, los fondos, las acciones, las formas básicas y sencillas de actuar en los mercados y como no a montar empresas y ponerlas en funcionamiento, el plan de negocio y su viabilidad , plan de marketing es decir a plantar la semilla de empresarios y a pensar como ellos y no solo como trabajadores.

Porque nuestro sistema educacional está orientado a conseguir empleo no a crear empresas y esto tenemos que cambiarlo cambiando la mentalidad de los estudiantes. Leí una encuesta hace bastante tiempo donde no llegaba al 5% los estudiantes que terminado el bachillerato pensaban en montar algún tipo de negocio para vivir de él. Todos se orientaban a ser profesionales por cuenta ajena. Esto se llama pobreza emocional, que la gran mayoría de los españoles en edad formativa piensen en ser empleados y no empleadores.

Luego la misma encuesta se había realizado en el Reino Unido, Suiza, EEUU, Australia, Alemania, Francia … y los resultados eran bastante distintos a favor de la creación de empresas y negocios propios, a la altura porcentual del España claro, Portugal, Italia y Grecia. Un país tiene en materia de Recursos Humanos y Empresarios lo que forma y cómo lo forma. España psicológicamente es un país de empleados no de empresarios, un empleado cuando empieza a trabajar tiende a permanecer en la empresa para quedarse fijo y asegurar un sueldo mensual y una renta anual, en otros países desde que el empleado llega a un nivel lo que quiere es montar su propio negocio porque no quiere depender de nadie el resto de su vida.

La formación digamos financiera y empresarial la pueden recibir los alumnos de los mismos padres  invitando a progenitores que impartan una clase de su experiencia profesional qué hacen en su empresa sea pública o privada, como se accede al puesto de trabajo,  dejando que ellos pregunten, si es fácil o difícil, si hay que estudiar carrera o formación profesional, si está bien pagado, si está contento o feliz con su trabajo …

Y como no también podemos sustituir horas lectivas de lengua, ciencias naturales o sociales por pensamiento crítico, trascendental, meditación, superación personal, inteligencia emocional … si no amigos seguiremos siendo lo que venimos siendo hace muchas décadas europeriféricos en el mal sentido de la palabra.