Natalie Edwards, la funcionaria valiente

Hay un término en el sector financiero que sirve como elemento de impunidad para los grandes bancos: «Too Big to Fail«, es decir, demasiado grandes para quebrar. Esto permite que incumplan la ley de manera sistemática sabiendo que ningún gobierno del mundo se atreverá a encarcelar a sus directivos o a intervenirlos. Sin embargo, sí que tienen el valor de condenar a cárcel a quien descubre los crímenes de los bancos.

Es lo que le ha ocurrido a Natalie Edwards, una funcionaria del Departamento del Tesoro de los EEUU, condenada a 6 meses de prisión y a 3 años de libertad vigilada por filtrar miles de documentos que descubrían la mayor trama de blanqueo de capitales de la historia.

Según esa documentación que Natalie Edwards entregó a un periodista de BuzzFeed News, que fue hecha pública por este medio y por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés), los grandes bancos mundiales mueven billones de dólares en transacciones sospechosas, enriqueciéndose a sí mismos y a sus grandes accionistas al tiempo que están financiando el trabajo de terroristas, cleptócratas y capos de la droga. Los documentos filtrados muestran los beneficios obtenidos del narcotráfico, las fortunas malversadas de los países en desarrollo y estafas piramidales que pudieron entrar y salir de los grandes bancos, a pesar de las advertencias de los propios empleados de las entidades financieras.

Las leyes para luchar contra el blanqueo de capitales, en realidad, están permitiendo florecer este tipo de operaciones porque los avisos de movimientos sospechosos que los bancos comunican a las autoridades, en realidad, sirven como salvaguarda para que ni al banco ni a sus altos directivos se les investigue o procese penalmente.

En los raros casos en los que los gobiernos toman medidas enérgicas contra los bancos, a menudo los procesos se cierran con acuerdos amables para estos gigantes financieros, llamados acuerdos de enjuiciamiento diferido, que incluyen multas, pero no detenciones de alto nivel.  Fue lo que ocurrió en Estados Unidos con el blanqueo de capitales que el HSBC realizó a los cárteles de la droga mexicanos y que se saldó con una multa de 1.900 millones de dólares, lo que le suponía al gigante bancario un impacto de sólo 3 meses de beneficio. Es decir, calderilla que no dudaron en pagar.


Fuente y articulo completo: diario16

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