Este reportaje de Business Insider –en inglés al que pueden activar la traducción automática de subtítulos– es una estupenda forma de entender cómo en algunos sitios reciclan la electrónica y las cifras que se mueven. También es un reportaje industrial de esos «gozosos» donde se ve cómo gigantescas máquinas tratan los gadgets y artilugios diversos, aunque la diferencia aquí es que hay mucho trabajo humano porque las máquinas no son capaces de trabajar con suficiente destreza a la hora de desguazar componentes electrónicos.
En la nave industrial de 20.000 m² de Sims Lifecycle que se ve en el video, se realiza todo éste tipo de labores: retirada, destrucción de datos, reciclado de equipos útiles, refinado –extracción de componentes útiles– e incluso su posterior reventa a terceros.
Las instalaciones se dividen en dos áreas principales: reutilizar –si los equipos o sus piezas pueden ser útiles– y reciclar -extraer, reutilizar los materiales y destruir-. Reciben equipos de todas partes, unas 2.500 toneladas al mes, sobre todo de grandes empresas que se deshacen de grandes cantidades de PCs, móviles y otros aparatos electrónicos de forma masiva.
Separar el polvo de la paja, lo que funciona de lo que no, resulta lo más tedioso. Y es un trabajo inherentemente humano. Si un ordenador, una tableta o un móvil de algún modo todavía funcionase, se verifica e intenta reutilizar, borrando sus datos concienzudamente y poniéndolo a punto como si fuera nuevo, lográndose lo que llaman «un equipo resucitado«. Si está estropeado, se desmonta y se hace lo mismo con todos sus componentes: memoria, discos duros, pantallas, etc, etc. No deja de ser interesante que este otro trabajo también sea muy humano pues requiere infinidad de destornilladores y otras herramientas así como la destreza humana porque los componentes suelen ser sumamente pequeños y delicados.
El resultado final es que ésta empresa de reciclaje puede producir muchos equipos y componentes reutilizados para su venta, tras clasificarlos, ponerles precio, hacer fotografías y demás. Quizá su nueva vida empiece en eBay.
En la zona de reciclaje es donde acaban los equipos que ya no funcionan: allí gigantescas máquinas clasificadoras y trituradoras, con curiosos nombres humanos, separan los diferentes materiales, ya sean plásticos, aluminio u otros. Esta labor es muy delicada también porque hoy en día hay muchos tipos de plásticos y componentes tóxicos (como por ejemplo los que conforman muchas baterías), además requieren una constante supervisión si hay «atascos» imprevistos que puedan parar la producción. Sucede que las máquinas tienen una «inteligencia» limitada e incluso cuentan que una de ellas tuvo problemas porque no distinguía el plástico de color negro, de modo que tuvieron que actualizarla dotándola de visión infrarroja.
Cuando las tareas del clasificación y reciclaje terminan el resultado son grandes cajas con materias primas diversas, que se reenvían a fabricas de plástico, aluminio y otras industrias. En un escenario como el actual, en el que esos materiales escasean y su precio no deja de subir, posiblemente no es mal negocio… Según cálculos de la empresa, se tiran a los vertederos más de 55.000 millones de dólares en metales preciosos cada año.
Sólo un 17% de aparatos electrónicos se recicla hoy en día, lo cual es uno de cada seis, y se avanzaría mucho si los fabricantes los diseñaran sin productos tóxicos, piezas demasiado pequeñas o fuera más fácil abrirlos y acceder a sus componentes y piezas.
Fuente: microsiervos.com/archivo/tecnologia/fabrica-reciclaje-electronica-ordenadoress-gadgets.html