Es muy curioso como se han comportado todo aquello que inflacionaba la economía en general y a los clientes y consumidores finales en particular y como los IPCs han estado ajenos a unos descensos de precios generalizados. Es decir que en el primer tercio del año se echaba la culpa a la energía y materias primas del aumento de la inflación y a los cuellos de botella de suministros más rotura de stocks por la sobredemanda y por arte de birlibirloque resulta que han bajado en el segundo y tercer trimestre los precios han subido en todo occidente, para mayor estupefacción con subidas de tipos aceleradas y sin medias tintas.
Cierto es que en la alimentación por el efecto cadena nos hemos visto envueltos en una espiral perversa por el incremento de los precios del gas natural, pero también digamos a Europa la naturaleza la compensó con olas de calor que se supone que dieron máxima potencia a la energía solar. Nos encontramos pues con Estados de la UE que se han visto enormemente favorecidos por el incremento de la inflación ya que tributariamente sabemos todos que a más caro se pone el producto más importe percibe el fisco. Vamos que como quien dice a los gobiernos de la UE les han llovido beneficios caídos del cielo, solo han accedido a rebajarlos con ayudas al carburante y en la parte regulada del recibo eléctrico.
Destacamos sobre todo al dólar que este año lleva una revaluación del 14.42% lo que ha machacado sus pares occidentales. También es de destacar lo mal que lo está haciendo la renta variable y fija, y lo atractiva ya que se pone la Deuda Pública corriente y moliente y que se va a poner al calor de las subidas de tipo de interés, esto también hará atractiva la deuda corporativa que tendrá que pagar más que la pública si las empresas quieren financiarse vía emisiones de deuda a distintos vencimientos, poniéndose los de corto y medio plazo por las nubes.
Este miércoles 21 veremos si Wall Street da por buenos los mínimos de junio pasado o quiere más como comentamos en el vídeo.