Ya tienen que pasar cosas raras para que este año ya con las X de la ecuación macro de EEUU despejadas el año no cierre mejor y no en el sentido de ganancias sino en el de menores pérdidas a las esperadas en momentos más complicados del año cuando se dudaba de absolutamente todo.
La renta variable y la renta fija estadounidense junto con la cartera 60/40 no van a cerrar tan mal como a mediados de año donde no se sabía que segmento de activos estaba peor pero si sabía que se iba perder en ambos de forma excepcional porque esto sucede una vez cada década aproximadamente. Este año tocó pues tocó.
Por cierto que la FED diga que para el 2023 los tipos podrían cerrar al 5.1% gustó mucho a los futuros sobre notas y bonos, quizás veamos en los próximos meses una «desinversión de la curva de tipos» sin que se produzca las terribles y apocalípticas crisis que nos anunciaban porque para un profesional financiero hablarle de la inversión de la curva es como hablarle a un crio de la niña de la curva, les entra el miedo en el cuerpo.
Bolsas ya vimos en artículo que bien, la energía parece que quiere rebotar y se ha topado con su directriz bajista de corto plazo y los metales principales siguen descontando que el dólar va a seguir descendiendo.
En el mercado de bonos pues ha tenido tan buen comportamiento en noviembre y diciembre como malo en septiembre y octubre recuperando niveles dado que la deuda pública repliega sus tipos de interés y por último la divisas donde todas ellas se recuperan contra el dólar a excepción del dólar canadiense, creemos afectado por el principal pilar de su PIB las materias primas que han venido descendiendo durante estos meses.
La pinta con la que van a cerrar los futuros el viernes es halagüeña. Vamos a ver si no nos la estropea ni nada ni nadie.