El sentimiento de mercado está claro que no es alcista pero tampoco está en zona de pánico o de volatilidades peligrosas para los inversores en renta variable, lo normal sería asistir a oscilaciones de precios hasta que vayan llegando resultados del último trimestre , semestre y año completo. Y no solo es saber quien cumplió o no con los objetivos propuestos a inicios del ejercicio sino por cuanto se han desviado, eso es lo que cotizará realmente al alza o a la baja, porque un mal resultado global en el 2022 puede quedar perdonado si la desviación es pequeña dado o complicado del ejercicio.
Ahora bien si de forma generalizada los valores empiezan a tomar como norma publicar resultados «por de bajo del consenso de mercado», al menos el primer trimestre como comentamos antes puede traer daños colaterales que no se presentaron el año pasado, y no decimos nada si los datos macro que se vayan publicando en vez de a mejor dan a entender otra vez frenado, estancamiento o incluso recesión.
Este indicador recuerden que es el del riguroso corto plazo , el de a un semestre vista el jueves publicamos que estaba a razón de 1 alcista por cada cuatro encuestados por la AAII.com, lectura que nos parece para pensar en subidas más que en mayores bajadas, al menos en el muy corto plazo. Los resultados empresariales definirán si el trimestre trimestre viene de nalgas como terminó el año pasado. Recuerden que en el 2022 se entró en muy positivos rozando la euforia con doce de doce meses con un nuevo techo histórico en el SP500 , bueno 13 porque en enero pasado se hizo otro techo histórico.
El criptosentmiento está más negativo que en la renta variable a nivel de 27. Desde mitad de diciembre el bitcoin por ejemplo no cierre sobre 17000 , por lo que los 20000 dólares se les va a hacer cada vez más resistencia mental que técnica a los criptoespeculadores. Este 2023 desde luego o lo rebotan o lo revientan a este mercado y aunque lo reboten van a ser muchas criptos las que quedarán en un limbo financiero.
