¿Cuáles son esos grados de pureza? La experta nos lo explica:
Flawless: sin imperfección externa ni interna.
Internaly Flawless: sin defectos internos y sólo algunas máculas externas menores que podrían eliminarse con el pulido.
VVS1 y VVS2: con defectos internos muy muy difíciles de ver con lupa de 10 aumentos.
VS1 Y VS2: con defectos internos difíciles de ver con lupa 10 de 10 aumentos.
SI1 Y SI2: con defectos que un observador cualificado verá fácilmente.
I1 I2 I3: también llamados piqué; son diamantes imperfectos. Los I3 pueden ser incluso considerados de calidad industrial.
Quilates
Si conoces mínimamente el mundo de la joyería, seguro que sabes que, junto a la descripción de las piedras, suele indicar su número de quilates. Sara nos explica que los diamantes se venden según su peso en quilates y, un quilate, corresponde a un quinto de gramo. «El quilate es una unidad de peso y no de tamaño por lo que un diamante de un quilate y una esmeralda de un quilate no tienen el mismo diámetro puesto que tienen diferente peso específico».
Talla
Aunque todas las cualidades anteriores son importantes, la calidad de la talla puede suponer un incremento del precio del 50% o el 40%. Para que un diamante tenga ese brillo que los caracteriza debe tener una forma concreta y, cuanto más perfecta sea ésta, mayor será su calidad.
«La talla incluye las proporciones y el acabado y ambos están relacionados con el fuego y el brillo. Además, diferencian al diamante de cualquier otra gema. Y si la talla es mediocre el diamante se verá apagado y sin vida. Las diferencias de la calidad de la talla también pueden afectar a la durabilidad del diamante, pues algunos defectos en la misma lo debilitan y pueden llegar a desportillarse o romperse»
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