«En términos generales, el greenwashing o lavado verde es cuando las empresas afirman de manera cuestionable su buena fe ambiental para atraer más negocios o atraer menos escrutinio.
En la práctica, el lavado verde puede ser confuso. Cuando British Petroleum cambió su nombre a BP (“Beyond Petroleum”) en 2001, muchos lo llamaron greenwashing (BP no estaba de acuerdo).
Cuando Unilever afirmó que su detergente para ropa Persil era “más amable con nuestro planeta” sin explicar cómo, un regulador de publicidad rechazó el mensaje por considerarlo ecológico (la compañía dijo que estaba “decepcionada” con la decisión).
Otros ejemplos, como un anuncio de HSBC Holdings prohibido en el Reino Unido por promocionar la financiación verde del banco sin mencionar su financiación de combustibles fósiles, son aún menos evidentes. (HSBC respondió que su plan de emisiones netas cero se alinea con las directrices de las Naciones Unidas). Se espera que la resistencia regulatoria a este tipo de “engaño por omisión” gane fuerza en los próximos años.
Hasta ahora, la regulación del greenwashing ha adoptado un enfoque limitado, pero están surgiendo tácticas más proactivas: la Comisión Europea ha propuesto una legislación que prohibiría términos específicos cuando no estén respaldados por evidencia.»
Lo cierto es que se creó la etiqueta ESG para evitar justamente esto que empresas se valieran de la publicidad superficial para vestir de verde sus productos cuando realmente estaban sucios estructuralmente si se analizaba la trazabilidad del mismo desde el origen al consumidor final bien como insumo para continuar el proceso o como bien puesto en el punto de venta. Las empresas saben que el compromiso con el medio ambiente, cambio climático y cuidado del planeta vende bien y hasta el cliente pagaría más, pero claro, cumplir cuesta dinero y si cuesta dinero bajan los márgenes y por lo tanto los beneficios. Y si lo que se vende o fabrica o procesa para terceros basta con un buen eco-maquillaje para qué gastar más.
Como publica finanzas en el extracto que os importamos de su portal financiero hay que tener cuidado con la jerga que utilizan para promocionarse, las exageraciones con relación a la competencia, el destinar fondos para tal o cual actividad ecologista o humanitaria, que si sus productos tienen tales o cuales propiedades beneficiosas para la naturaleza o no tóxicas o peligrosas, que si se reciclan , que si gestiona los residuos que produce y largo etcetera de artimañas del departamento de marketing si lo tienen o de las agencias de publicidad si las contratan.
¿Qué es el ESG?
El término «ESG» se ha convertido en el enfoque integral para medir el impacto social y ambiental de una empresa en relación con el medio ambiente, la sociedad y la gobernanza. Los criterios ESG ayudan a los inversores a identificar riesgos y oportunidades en sus inversiones, así como a evaluar el potencial a largo plazo de una empresa. Por lo tanto, los criterios ESG tasan el valor de una empresa más allá de los indicadores financieros tradicionales.Criterios ESG en detalle
El término ESG es un acrónimo de los términos en inglés: Environmental, Social y Governance. En español también se le conoce como ASG (ambientales, sociales y de gobernanza). Cada una de estas letras corresponde a los distintos factores que comprenden los criterios:Criterios ambientales (E): se refieren a la manera en que una empresa afecta al medio ambiente, incluyendo temas como la gestión de residuos, la contaminación, el cambio climático y la conservación de los recursos naturales. En el caso de la construcción sostenible, este es el tipo de criterio que afecta de forma más directa.
Criterios sociales (S): se enfocan en las relaciones que una empresa mantiene con sus empleados, clientes, proveedores y la comunidad en general. Incluye factores como la diversidad y la igualdad de género, la seguridad y salud en el trabajo, los derechos humanos y la responsabilidad social corporativa o RSC.
Criterios de gobernanza (G): se refiere a la manera en que una empresa se gestiona a sí misma, incluyendo su estructura de gobierno corporativo, su ética empresarial y su transparencia financiera.Reglamentos del ESG
Existen 3 normativas principales que rigen los criterios ESG: el reglamento de taxonomía, el reglamento SFDR y el reglamento CSDR, además de regulaciones específicas en cada país.Herramientas para medir el ESG
La medición de la implementación de criterios ESG es esencial para reportar adecuadamente los avances realizados y para establecer nuevos objetivos de mejora. Existen diversas herramientas para medir el ESG en empresas y carteras de inversión, entre las cuales se encuentran:GRESB (Global Real Estate Sustainability Benchmark) es un ranking comparativo que evalúa criterios ESG de compañías y activos a escala mundial. Es utilizado por fondos de pensión e inversores institucionales públicos y privados como un barómetro para decidir dónde invertir. En 2022, más de 1.800 entidades en todo el mundo participaron en el ranking. Los participantes reciben un indicador comparativo o benchmark que les informa de su posición con respecto a otras compañías similares, además de una hoja de ruta para mejorar su resultado ESG en el futuro.
La etiqueta ISR o Inversión Socialmente Responsable, creada en 2016, permite a los inversores identificar los fondos que apoyan a empresas que contribuyen a la economía sostenible a partir del cumplimento de criterios ESG.
CRREM (Carbon Risk Real Estate Monitor) es una herramienta que define guías de descarbonización basadas en la ciencia (SBT o Science Based Targets) del sector inmobiliario. Evalúa el riesgo de los activos y las implicaciones financieras y pérdidas de valor provocadas por un mal rendimiento energético y emisiones de gases de efecto invernadero.El objetivo final es lograr un informe ESG completo y transparente que muestre el compromiso de la empresa con la sostenibilidad. Esto permitirá a las empresas mostrar su compromiso con sus stakeholders, incluyendo los inversores, los clientes y la sociedad en general.