Ha sido una década perdida para los tenedores de bonos a largo plazo (ETF TLT), con una caída del 1% en los últimos 10 años. A las acciones les ha ido mucho mejor, con el ETF S&P 500 ($SPY) subiendo un 191% (11,3% anualizado).
Pues cuidado porque habría que mirar cuanto se ha revalorizado cada componente del SP500 y colocar al ETF TLT con su -1.42% y también lo que perdieron en crisis como la del final del 2018 o cuando el COVID. Aunque los bonos no den nada el grueso del dinero tiene que estar en ellos porque teóricamente en renta variable tenemos que tener aquel cuya pérdida total o merma parcial no nos suponga mayor quebranto patrimonial.
No se puede comparar bolsas con bonos cuando las primeras están en máximos y las segundas en mínimos , ni viceversa porque nos vamos a tener una visión sesgada de la realidad financiero-bursátil. En su día se pagaba a los tesoros nacionales europeos por tener deuda de la eurozona, es decir tipos negativos , pero esos tipos negativos era aceptar el precio de la seguridad no de la rentabilidad. No perder dinero es algo fundamental y los bonos están para eso, por eso el grueso del capital está en este producto mayormente. La proporción RV/RF ya la decide el perfil del inversor en cuestión.
En la actualidad la problemática del estado de los bonos por la fuerte subida de la deuda pública es un problema nacional en EEUU , la bolsa es secundaria, no hay portada que no toque el tema de los bonos y notas USA , la inversión de la curva y los tipos de interés ya como problema del ciudadano medio.
La inversión de la curva de tipos de interés de la deuda pública parece que remite y esto puede ser el inicio de un suelo en el mercado de futuros de la misma. La curva de rendimiento de EE.UU. se ha ido pronunciando rápidamente, con el diferencial entre el rendimiento a 10 años (4,98%) y el rendimiento a 2 años (5,14%) ahora en -0,16%, frente al -0,71% de hace un mes. Esta es la curva menos invertida que hemos visto desde julio de 2022.
Esto ha sido lo que se conoce como “inclinación bajista”, en la que los rendimientos a largo plazo (a 10 años) aumentan más rápido que los rendimientos a corto plazo (a 2 años). Justo antes de las últimas recesiones, vimos lo contrario (una “inclinación alcista”): los rendimientos a corto plazo (a 2 años) cayeron más rápido que los rendimientos a largo plazo (a 10 años) como resultado de los recortes esperados de la Reserva Federal.
Lo que plantea la pregunta: ¿cuándo se producirán los recortes de tipos?
Si el mercado está en lo cierto, en junio de 2024, con una probabilidad >60% de un recorte de tipos ese mes. Si estas expectativas se mantienen, podríamos empezar a ver caer los rendimientos a 2 años antes de este recorte y comenzar una “inclinación alcista”.
Va a ser histórico como en tres años seguidos los bonos han tenido un comportamiento negativo
fuente : bilello.blog