Es absolutamente decepcionante al punto de lacerante tanto para la cartera como para psique de un inversor haber creído en su momento en que el mundo iba a dar un giro en su criterio de activos para orientarlos hacia la agenda 2030.
Pero a la vista de dos ETFs extremadamente vinculados a empresas de nuevas energías como el ETF LYNRJ y energías limpias con carácter global como el ETF IQQH de Amundi e Ishares respectivamente dejan bien claro que lo del 2020 fue una moda pasajera donde le vendieron la burra a inversores institucionales porque Larry Fink dijo a medios que quien no tuviera la etiqueta ESG iba a tener problemas en pertenecer a productos financieros tanto ya creados como por crear para la gestión pasiva.
Esto acompañado por el contexto pandémico sirvió de espoleta para que estallaran las compras tanto en acciones como ETFs que agrupasen a empresas distinguidas con tal etiqueta. Pasado el miedo social y mercantil por el covid se olvidaron parece de la agenda 2030 primero y de las ESG después.
Ambos ETFs están bajo los máximos de febrero 2020 y el LYNRJ incluso amenazando con la vuelta bajista completa. Lo único positivo que podemos decir ahora mismo es que parece que ambos ETFs está rompiendo al alza la última aceleración bajista del precio en las últimas semanas y creemos que debería ser un suelo en ambos casos, horrible si no porque el destino es el mismo en caso de un giro de mercado, minimos del 2020.