Esta semana fue un «todos contra la ultraderecha» en Francia y funcionó la política del miedo «de vienen los fachas» y del «no pasarán». Francia no tendrá un gobierno de mayoría , lo hará en una peligrosa también coalición. Muchos franceses se preguntan si no ha sido peor el remedio que la enfermedad porque un gobierno de izquierda populista fusionado con un liberal como Macron van a entrar en fricción tanto en la composición del gobierno como en las distintas políticas que pretendan llevar a cabo en la legislatura.
La ultraderecha europea no es la de otros lares, en la eurozona la política se hace en Bruselas porque la soberanía se ha cedido a la UE, en otros países la ultraderecha hace lo que le viene en gana como le viene en gana en Europa no es posible ese margen de maniobrabilidad ni independencia porque enseguida sería castigado el país en cuestión, si no pregunten a Orban o a Meloni que tragan sapos en el europarlamento porque allí mandan las familias políticas turnistas de cada país.
En fin los votos son los votos y además tozudos, el país se ha movilizado por temor a un gobierno ultraderechista cuyos ejes políticos eran tóxicos, penosos y peligrosos para muchos cientos de miles de personas.
En las presidenciales cuando toquen sucederá lo mismo , todos los partidos le darán el voto al candidato opositor a Marine Le Pen porque ella será finalista seguro, solo se votará por su competidor en la segunda vuelta. Por ello creemos que Macron será condescendiente con la izquierda porque más le vale que funcione bien la cohabitación política entre el nuevo frente popular y Ensemble.
El temor es el caos que pueda sobrevenir tras estos complicados resultados, no sabemos si os dais cuenta pero en la eurozona se atomiza el voto y eso implica ingobernabilidad.
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