Diciembre tiene su propia magia, ¿no? Ya sean las fiestas, las celebraciones de Nochevieja o la irresistible variedad de buena comida, hay algo especial en esta época del año.
Es una temporada llena de actividad y reflexión, y no solo en nuestra vida personal.
El mercado de valores también suele brillar en diciembre. Históricamente, este mes ha sido un mes fuerte para las acciones.
Desde 1950, el desempeño acumulado promedio de diciembre del S&P 500 muestra un panorama de ganancias constantes, pero los verdaderos fuegos artificiales suelen ocurrir hacia fines de mes.
Este fenómeno se conoce como “el rally de Papá Noel”.
Este rally, que comenzó en los últimos cinco días del año y se extendió hasta los dos primeros días de enero, tiene fama de ofrecer rendimientos descomunales.
Es como si el mercado decidiera regalarles a los inversores unas pequeñas ganancias comerciales adicionales.
Sin embargo, cuando Papá Noel NO aparece es cuando queremos interesarnos más. Si no vemos un repunte a fin de año, puede ser señal de que se avecinan problemas.
Como les gusta decir a nuestro amigo Jeff Hirsch y a su padre antes que él…
“Si Papá Noel no llega, los osos pueden venir a Broad y Wall”.
El mes pasado, JC tuvo una excelente sesión con Jeff, profundizando en
Alfonso Depablos, CMT
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