
De todas las declaraciones que Yolanda Díaz y María Jesús Montero han realizado sobre que el salario mínimo interprofesional pague o no el impuesto sobre la renta, hay una cifra que genera confusión y que explica por qué Hacienda no quiere tocar el IRPF. La ministra de Hacienda dijo que, si se subía el mínimo exento de retención del actual nivel de 15.876 a 16.576 euros —el salario mínimo de 2025—, se dejaría de ingresar hasta 2.000 millones de euros. Esta cifra es distinta de la que Hacienda espera recaudar directamente de la subida de los trabajadores del SMI: unos 300 millones de euros. ¿De dónde salen los 2.000 millones?
«La ministra se refiere al ‘error de salto’ de los tramos del IRPF», indica José María Mollinedo, secretario general de Gestha, sindicato que agrupa a los técnicos de Hacienda. El error de salto es un fenómeno del IRPF que genera un efecto confiscatorio en la retención del impuesto sobre la renta. «Si no existiera un mecanismo que lo evitase, podría darse el caso de que personas con salarios brutos más altos podrían llegar a cobrar menos en neto por el pago de impuestos que alguien que cobra el salario mínimo», agrega Mollinedo.
Para suprimir el error de salto, la ley establece un sistema doble: una serie progresiva de deducciones en las retenciones de hasta 21.500 euros anuales antes de retenciones y un techo en el porcentaje de retención del 43% para los ingresos de hasta 35.200 euros. «De esta manera, las retenciones del impuesto son más ‘planas’ y no suponen una pendiente con saltos tan grandes en los tramos más bajos», explica Mollinedo. Así, se paga mensualmente menos impuesto sobre la renta, tanto en términos absolutos como relativos.
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