Pekín.- Ni la Bolsa ni especular con pisos. La clave para hacerse rico en China es el ajo. Su precio se ha multiplicado 10 veces de media desde hace un año y hasta un máximo de 50 en algunas zonas del país, muy por encima del encarecimiento registrado por la vivienda en pleno ‘boom’ inmobiliario, de aproximadamente un 30% anual. Lejos de detener su vertiginosa escalada, el ajo ha seguidoincrementándose en lo que va de 2010, aunque los analistas del mercado se atreven ya a pronosticar el fin de la burbuja.
Para entender las razones de este fenómeno es preciso trasladarse a mediados de 2009, cuando el brote de la gripe A ponía en guardia a gobiernos de todo el mundo para evitar una pandemia. En China se corrió el rumor de que comer ajo era efectivo para evitar contraer la enfermedad y la demanda se disparó.
Pese a que China es de lejos el mayor productor de ajo del mundo y este ingrediente es muy habitual en la cocina del país, el cultivo se había reducido progresivamente en años anteriores ante la espectacular bajada de precios. En 2008, un kilo de ajos llegó a costar unos 10 céntimos de euro, una situación que «obligó a muchos granjeros a abandonar sus cosechas», explica Gao Wang, analista de la consultora china BOABC, especializada en el sector agrario.
El fenómeno de cuello de botella que experimentó el mercado, es decir, mucha demanda pero poca oferta, ha supuesto el momento idóneo para las prácticas especuladoras. En el ojo del huracán figuran tanto granjeros, distribuidores, como grandes cadenas de venta, que habrían manipulado los precios al alza, según afirma este experto. A ello se suma «el encarecimiento de algunas materias primas relacionadas con la producción agrícola y el aumento del coste del almacenaje y el transporte». Sin embargo, aunque es cierto que la inflación es un fenómeno generalizado entre los alimentos de cultivo, el alza del precio del ajo no tiene parangón.
Los expertos esperan que su precio descienda a partir del próximo mes de junio conforme se incrementa la oferta de ajos. No obstante, según opina Gao Wang, parece difícil que vuelva a los niveles de 2008. Mientras tanto, las autoridades luchan como pueden contra la burbuja del ajo. La Comisión para el Desarrollo Nacional y la Reforma, el principal órgano planificador de la economía china, ha anunciado que confiscará los beneficios ilegales y que impondrá multas de cerca de 150.000 dólares a los especuladores.