Inminente acuerdo global sobre el capital y la liquidez de los bancos

 

www.wsj.com  Por David Enrich y Damian Paletta

Las autoridades financieras internacionales avanzan hacia la firma de un acuerdo que obligaría a los grandes bancos internacionales a recaudar grandes sumas como protección contra futuras pérdidas. Pero en una concesión hacia la industria y algunos gobiernos, es probable que las normas se implementen más tarde de lo esperado, indican fuentes cercanas.

Después de la peor crisis bancaria desde la Gran Depresión, los reguladores y los ministros de Finanzas están haciendo todo lo posible por finiquitar antes de fin de año los nuevos requisitos de capital y liquidez bancaria. Se espera que la reforma sea uno de los temas centrales de la reunión del Grupo de los 20 que tendrá lugar este fin de semana en Corea del Sur.

Los bancos y los gobiernos creen que estos cambios tendrán mayor repercusión para los instituciones financieras y la economía global que la reforma financiera que se tramita en el Congreso estadounidense. La meta de las nuevas reglas, que se esperaba entraran en vigor a fines de 2012, es promover un sistema financiero más conservador y menos propenso a las crisis. Sin embargo, se ha empezado a formar un consenso para una implementación más gradual que podría prolongarse por varios años. Los bancos y algunos gobiernos, en particular los de Japón, Alemania y Francia, han ejercido presión para que el proceso demore más tiempo al esgrimir que el plazo actual podría forzar a los bancos a levantar varios miles de millones de dólares en momentos en que la salud del sector seguirá siendo precaria.

Asimismo, tampoco se han resuelto temas clave como qué tipos de fondos podrán usar los bancos para satisfacer las exigencias de capital y liquidez.

Los bancos, en ocasiones con el respaldo de sus gobiernos, han estado librando una intensa campaña para diluir partes de las llamadas propuestas de Basilea, conocidas así por la ciudad suiza en la que tradicionalmente se han negociado los acuerdos. Los analistas estiman que los cambios, incluso si se relajan, reducirán las ganancias de la industria en porcentajes de dos dígitos.

Los bancos han usado su papel central en la economía para presionar a los reguladores. Argumentan que los nuevos requerimientos de capital y liquidez son tan onerosos que los obligarían a reducir el ya escaso crédito que otorgan, lo que a su vez podría poner en peligro la recuperación de las economías alrededor del mundo. También dicen que necesitan más tiempo para ajustarse a las nuevas normas. «En combinación, las propuestas inevitablemente reducirán la disponibilidad de crédito, aumentarán el costo de endeudamiento y llevarán a un crecimiento económico más lento», advirtió el 16 de abril el tesorero de Bank of America Corp. en una carta al comité de Basilea. La misiva indicó que el marco de implementación de dos años es «demasiado breve dado el estado actual de la economía y la magnitud del esfuerzo».

Los bancos realizaron estudios hace algunas semanas para evaluar el posible impacto de las propuestas en sus niveles de capital y liquidez. Las instituciones presentaron los resultados a sus respectivas autoridades nacionales, que recopilaron la información y la presentaron hace poco ante el comité encargado de redactar las reglas. Se supone que el comité las discutirá el próximo mes en Suiza.

La información muestra que, de entrar en vigor las propuestas, los bancos en todo el mundo enfrentarían déficits de capital y liquidez, según funcionarios y directivos de la industria que tuvieron acceso a los resultados.

En Europa, ejecutivos bancarios dicen que es probable que se registre una brecha de más de un billón de euros (un millón de millones) entre las actuales exigencias de capital y liquidez y las requeridas bajo las propuestas de Basilea.

En sus conversaciones con los bancos, algunos reguladores han expresado escepticismo sobre los estudios, argumentando que los bancos tienen incentivos para ser exageradamente pesimistas. Sin embargo, representantes gubernamentales creen que los vacíos de capital y liquidez serían demasiado profundos como para que los bancos los llenen con rapidez, según fuentes familiarizadas con el asunto.

Esas convicciones se han endurecido en el último mes, a medida que los inversionistas adversos al riesgo han abandonado los bancos europeos debido a la intensificación de los problemas de deuda soberana. Incluso sin las nuevas reglas, los bancos europeos deben renovar cerca de 800.000 millones en deuda que vence a fines de 2012, según el Banco Central Europeo.

El resultado es un consenso más amplio para que las reglas sean implementadas de forma escalonada, en lugar de a fines de 2012, fecha que fue acordada en diciembre, cuando el comité anunció las propuestas. Francia, Alemania y Japón han propuesto una ventana de hasta 10 años antes de que las reglas entren completamente en efecto y funcionarios de EE.UU. y el Reino Unido han indicado que apoyarán una implementación paulatina, según fuentes cercanas.»Me siento perfectamente cómodo con la negociación de períodos de tiempo razonables para ayudar a la gente a acomodarse a los nuevos estándares», dijo el miércoles el secretario del Tesoro de EE.UU., Timothy Geithner.

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