elpais.com Nada es gratis en tiempos de crisis. Ni siquiera las misas papales. Los peregrinos que asistan a las tres misas que Benedicto XVI celebrará en su visita de septiembre a Reino Unido deberán pagar una entrada que oscilará entre las cinco libras (seis euros) del acto de Hyde Park en Londres y las 25 libras (30 euros) de la misa de Birmingham. La entrada en Glasgow costará 20 libras (24 euros).
Se trata de la primera visita de Estado del Papa a Reino Unido. La de Juan Pablo II en 1982 tuvo solo carácter pastoral. Esta vez, Benedicto XVI será recibido por la Reina, pero el Papa no dormirá en el palacio de Buckingham, como suelen hacer los jefes de Estado, porque Isabel II aún estará en septiembre en su residencia escocesa de Balmoral. La recepción será en el palacio de Holyrood (Edimburgo), y el Pontífice dormirá en Londres.
El Vaticano asegura que su iniciativa de cobrar a los fieles hay que entenderla como una «contribución» a la que han decidido denominar «pasaporte del peregrino» y de la que estarán exentos aquellos que no puedan permitirse tanto gasto. El pago incluye el transporte hasta los escenarios de las misas.
Los pasaportes para el acto de Londres se fijaron en un principio en 10 libras, pero han sido rebajados un 50% después de que muchos fieles hicieran ver a los organizadores que la mayoría de los procedentes de la periferia de Londres ya tiene pagado el viaje hasta el centro de la capital porque posee abonos mensuales del transporte público, por lo que pagar de nuevo a través del citado pasaporte no haría más que duplicar el gasto en transporte.
Como se trata de una visita de Estado, Reino Unido correrá con la mayor parte del coste. Las estimaciones iniciales de que los contribuyentes deberán afrontar una factura de 10 millones de euros se han disparado hasta los 14,5 millones de euros, sin contar los gastos de seguridad. El Vaticano correrá con las actividades pastorales (unos 8,5 millones).