El Parlamento Europeo bendice la reforma de la supervisión financiera

eleconomista.es

El pleno del Parlamento Europeo ha aprobado este miércoles con una mayoría abrumadora la reforma de la supervisión financiera pactada con los 27 Gobiernos de la UE. La reforma se declina en seis documentos y cada uno de ellos ha obtenido, en votaciones sucesivas, cerca de 600 votos a favor, menos de 50 en contra; y medio centenar de abstenciones. La nueva arquitectura europea para reforzar los controles y la reglamentación de las finanzas estará operativa desde el 1 de enero de 2011.

Representantes de la Comisión Europea, del Parlamento Europeo y del Gobierno belga -que este semestre desempeña la Presidencia rotativa de los 27 Estados de la UE- alcanzaron el jueves 2 de septiembre un principio de acuerdo sobre la reforma del sector. Acuerdo que fue bendecido el martes 7 de septiembre por el Ecofin -la reunión mensual de los 27 ministros europeos de Economía y Finanzas-. De modo que la votación de la Eurocámara ha sido el último fleco por atar; aunque todavía queda pendiente la adopción formal del Ecofin, que debería ser un mero trámite.

La supervisión es competencia nacional

La supervisión sobre el terreno seguirá siendo responsabilidad de las autoridades de cada país. Pero se refuerzan los tres foros en los que hasta ahora intentaban coordinarse los reguladores y supervisores nacionales de, respectivamente, banca, seguros y mercados de valores. Si hasta la fecha eran meros organismos consultivos, ahora adquieren poderes para establecer estándares técnicos que armonicen la variopinta aplicación de la legislación comunitaria en materia de finanzas.

Esta armonización de las reglas y procedimientos de aplicación de la normativa continental -además de reforzar la solidez del sistema- debería garantizar que todos los bancos que operan a lo largo y ancho del mercado europeo supuestamente único compitan entre sí sometidos a las mismas reglas o, lo que es lo mismo, que nadie se beneficie de exigencias más laxistas en función del país en el que esté implantado. Estos organismos también podrán mediar en los conflictos entre los supervisores nacionales que, con criterios encontrados, controlen en sus diferentes países un mismo grupo financiero de talla multinacional.

Además, por ejemplo, si se constata que un banco no respeta la normativa comunitaria y que el supervisor nacional competente no toma medidas, el grupo de supervisores bancarios formado por el Banco de España y el resto de sus homólogos europeos podrá imponer directamente su decisión a la entidad en cuestión. Lo que debería contribuir a que ningún supervisor se duerma en los laureles, para evitar que sus pares irrumpan excepcionalmente en su coto privado de caza.

Descartado crear un supervisor europeo único

Como hace una década, en esta negociación que se ha prolongado durante tres años Europa ha dejado de lado proyectos de reformas radicales como sería la creación de euro supervisores únicos, y ha optado por introducir retoques que hagan evolucionar la integración aún incompleta de la arquitectura existente.

Presionados por el rechazo de Reino Unido a ceder soberanía a las instituciones de la UE, los 27 Gobiernos de la UE habían alcanzado un primer acuerdo el pasado mes de diciembre que impedía que los nuevos euro organismos pudieran adoptar decisiones que afectaran directamente a una entidad concreta, o que pudieran impactar sobre los presupuestos públicos de un Estado. Pero la presión ejercida por el Parlamento Europeo ha abierto esta posibilidad en casos excepcionales.

Prohibir ventas a descubierto

Además, en situaciones de emergencia, el euro organismo que reúne a los supervisores nacionales de los mercados de valores -la CNMV española y sus homólogos continentales- podría prohibir temporalmente productos tóxicos o especulaciones como las ventas a descubierto.

La nueva arquitectura también incluye un nuevo organismo, pilotado por los banqueros centrales, para detectar riesgos sistémicos y hacer sonar la señal de alarma si se aproxima una nueva crisis financiera tan virulenta como la actual.

A partir de ahora, en pleno contexto de crisis presupuestaria y recortes del gasto público, llega el momento de dotar la reforma y sus organismos de medios a la altura de las ambiciones. Lo cierto es que aunque menos que en los periodos de «vacas gordas», en las actuales «vacas flacas» las arcas de la UE que gestionan los eurócratas de Bruselas siguen aumentando, ajenas a los tijeretazos.

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