Hasta hace poco donde mejor se comía y por el módico precio de cinco euros era el restaurante del Ministerio de Sanidad, con tres menús a elegir. Sin embargo, ahora el preferido es el restaurante del ministerio de Empleo en el que los funcionarios, e incluso familiares directos invitados, pueden comer por tan sólo 3,40 euros eligiendo un primer plato entre tres sugerencias, un segundo (carne o pescado), más el postre y la bebida. Justo enfrente de este ministerio, en el madrileño Paseo de la Castellana, el menú del día en los restaurantes a pie de calle no baja de los 10 euros.
La paradoja es que «Se trata del Departamento cuya responsable, Fátima Báñez, decidió por decreto en plenas Navidades que los vales de comida de los trabajadores del sector privado coticen a la Seguridad Social (sin embargo están exentos para Hacienda), además del transporte o de cualquier otro tipo de remuneración en especie»
Sin embargo, a pesar de que el coste de estos servicios se carga al erario público, estos restaurantes no están abiertos al público, ni siquiera en la actual situación de crisis. Hay colegios y guarderías donde un menú, calentar el tupper en el microondas o usar las dependencias del comedor tiene precios superiores. En el sector se señala que debería liberalizarse esta restauración y que, con precios competitivos y no tasados para las empresas explotadoras como hasta ahora, las administraciones podrían obtener ingresos.
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