6850 millones de euros les cuesta «la broma» para poder competir «casi de tú a tú» con Movistar, quedándose Orange «tocada» dentro del próximo caballo de batalla de las telecos en éste país, la fibra óptica hasta el hogar o FTTH.
Los principales accionistas de ONO son fondos de inversión que han sido decisivos en la operación. Estos tienen sindicado el 70% de las acciones, pero la voz cantante la llevan los norteamericanos Providence (15,2%) y los canadienses de CCMP (15,2%) y sus compatriotas de la Caja de Depósitos de Quebec (6,8%). En total, suman un 37% del capital. Y General Electric también ha delegado su 9% en esos fondos relevantes.
Paralelalamente, el presidente de Vodafone, Vittorio Colao, es consciente de que se juega mucho en el envite. El Consejo de la operadora le ha advertido, de hecho, que no quiere más sustos como los de Liberty, que no pretendía ONO sino la propia Vodafone, una empresa con demasiada liquidez tras su separación de Verizon. Colao ha tenido que convencer al propio Consejo, que también le había avisado del peligro de que la compra de ONO acabara como la de Kabel Deutschland, donde la salida a bolsa encareció la adquisición final.
fuente: neeo