Los recursos y materias primas en su gran mayoría son finitas, las sociedades crecen y maduran, mientras crecen no hay problemas, pero cuando dejan de hacerlo y maduran los problemas de coste a los que se enfrentan todos los países donde haya un sistema de protección social, de salud y pensiones van a ser enormes y sobre todo insostenibles.
Europa es el blque económico junto con japón que más se «ancianiza» pero en 2050 lo estarán 2/3 de la población y en el 2100 la media de edad de la humanidad será altísima.
Llegados esos tiempos mucho me temo que empezar a dejar de asistir médica y hospitalariamente a los ciudadanos se convierta en norma y no en excepción como por ejemplo en la europeriferia en estos momentos… no nos engañe nadie, con los recortes y copagos de la red nacional de salud, la tasa de mortalidad aumentará y la esperanza de vida disminuirá.
Así que cada país que entre en crisis fiscal ya sabe lo que le toca hacer, permitir la eutanasia de facto, porque claro, si un señor no puede costearse una medicina y medicamentos de forma privada, la pública cada vez se lo va a poner más difícil porque si retiran del sistema profesionales, recursos e infraestructuras y las pensiones se desindexan del IPC, ¿que resultado práctico nos queda?
Vean este terrible gráfico superior; a mi desde luego me heló el corazón… en el 2050 los PIBs de occidente no se los comerá la deuda se los comerá la red sanitaria y el costo de pensiones, no habrá para otros servicios sociales… los viejos nos comeremos el Producto Interior Bruto íntegramente, no habrá ni para funcionarios ¿el estado que quiera sobrevivir deberá ser gestionado por empresas privadas?
Podríamos llegar a la eutanasia administrativa, es decir, que por decreto ley nadie podría ser atendido por la seguridad social a partir de una cierta edad; o tienes el dinero para tratarte privadamente o simplemente te resignas a dejar de existir causando las mínimas molestias posibles a los demás, porque claro, si recurrimos a los hijos y más en la sociedad actual donde lo habitual es un sólo vástago o la parejita como mucho, sin duda le arruinaremos… En fin, es un callejón sin salida éste del envejecimiento de la población mundial.
Soylent Green.
Peliculón Jorkomboi ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
En el año 2022, en un futuro distópico, la ciudad de Nueva York está habitada por más de 40 millones de personas, físicamente separados en una pequeña élite que mantiene el control político y económico, con acceso a ciertos lujos como verduras y carne, y una mayoría hacinada en calles y edificios donde malvive con agua en garrafas, y dos variedades de un producto comestible: soylent rojo y soylent amarillo, que son la única fuente de alimentación, ya que la producción de alimentos naturales se ha extinguido por el efecto invernadero. La compañía Soylent es una empresa que fabrica y provee alimentos procesados de concentrados vegetales. Soylent verde es el nuevo producto alimenticio sacado al mercado, basado en plancton, según la publicidad de la empresa.
Robert Thorn (Charlton Heston) es un policía de la ciudad, vive con su amigo «Sol» Roth (Edward G. Robinson), un anciano ex profesor que sólo rememora el pasado, cuando el planeta era más habitable y existía suficiente alimento para todos. Sin embargo, Thorn, que ha vivido casi toda su vida en la catástrofe ecológica, no se muestra interesado en estas historias, las cuales encuentra difíciles de creer.
Thorn se ve involucrado en la investigación del asesinato de uno de los principales accionistas de la compañía Soylent, William R. Simonson (Joseph Cotten), que ha sido encontrado muerto en su departamento. Decide hacer una visita al lugar y encuentra el cadáver en un charco de sangre, con múltiples golpes en la cabeza. Recorre el lugar y se encuentra con cosas que nunca había visto antes, como un refrigerador con alimentos; licores, una ducha con agua caliente y jabón, y una biblioteca. Más tarde llegan la concubina de Simonson, Shirl (Leigh Taylor-Young), hermosa joven de 21 años, llamada eufemísticamente parte del mobiliario, y el guardaespaldas de Simonson, Tab Fielding (Chuck Connors). Al ser interrogado, Fielding dice que Simonson le había ordenado acompañar a Shirl de compras, y que por esa razón no estaba en el departamento en el momento del asesinato. Thorn los deja ir, para luego recoger algo de comida y un par de libros, antes de regresar a su propio departamento.
Sol Roth decide dar fin a su vida en un sitio llamado El Hogar, el cual recrea el mundo como era en su época de juventud, mientras agoniza, y sólo acierta a decirle a Thorn que siga su cuerpo como pista antes de desaparecer. El seguimiento de su cadáver ofrece a Thorn el destino real de todos los cuerpos humanos, que no es otro que acabar procesados como Soylent verde para ser parte de dicho preparado alimenticio. El final de la película sólo evidencia esa situación sin poder ofrecer ninguna solución a lo que ya se ha generado.