La reforma fiscal trató de beneficiar a las rentas de capital

Cada vez se ve más claro que la reforma fiscal del Gobierno fue  dirigida hacia el pueblo llano para tratar de detraer de él el máximo beneficio perdón  ingreso fiscal mientras que al gran ahorrador, el gran especulador y la gran empresa comparativamente las deja indemne.

La reforma fiscal dice que publicará a los morosos de más de 1.000.000 de euros nos parece bien  pero no dice nada de los paraísos fiscales, lucha contra la evasión de capitales, regulación de las SICAVs, ni obligación de transparencia de cuentas de españoles y empresas españolas en el extranjero.

Tras la reforma tenemos el regusto amargo de que han ido a por los mismos de siempre con el agravante de que se penaliza brutalmente al ahorro y se beneficia según a qué ahorrador si usted es capaz de ahorrar 1000 euros al año con la nueva reforma está más perjudicado que el que ahorra 50.000 pero claro todos pensamos “son eurillos” a fin y al cabo la pregunta es ¿cuantos ahorran 1000 euros y cuantos 50.000? la respuesta es obvia hay que favorecer al que ahorra 50.000 y penalizar al que solo 1.000 ya que esos mil hacen falta que se pongan en la economía real, los 50.000 no.

Por cierto a Moodys no le ha gustado  la reforma fiscal del Gobieno por tibia y claramente hecha a favor de inventario para congraciarse con su electorado, para la Agencia de Rating la reforma tuvo que ser más profunda y dura para que fuera un arma efectiva para luchar contra el déficit sin destrozar la economía, es decir más mano dura en la imposición indireata y medioambiental y blanda con las rentas del trabajo.

Invertia.com publica:

“Sirva como ejemplo, cómo un ahorrador que tiene unos rendimientos por acciones de 1.500 euros brutos, en la actualidad no paga ningún impuesto por ellos gracias, precisamente, a la exención fiscal. En 2015, verá gravados sus ingresos en 300 euros, hasta 1.200 euros, y en 2016 en 285 euros, hasta 1.215 euros. Los inversores con rentabilidades inferiores se verán penalizados en proporciones similares.

En el caso de un ahorrador más grande, con una rentabilidad de 5.050 euros brutos, procedentes en gran parte de dividendos, en lugar de los 4.305 euros que obtendría actualmente, cobraría 4.050 euros en 2015 y 4.090,5 euros en 2016 (ver cuadro).

Conforme aumentan los ahorros, la diferencia se acorta. Así, un inversor que genera 9.175 euros brutos, incluyendo también dividendos, hoy obtiene 7.436,25, frente a 7.276,5 euros en 2015 y 7.368,25 euros en 2016. Es decir, la distancia se estrecha a 160 y 68 euros, respectivamente.”

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