El 11 de marzo de 2004, cuatro trenes saltaron por los aires en Madrid, en el que es el peor atentado terrorista de la historia de España. Hay voces autorizadas que consideran que el caso se cerró en falso porque la instrucción dejó demasiados «agujeros negros«, como dice Carlos Sánchez de la Roda, quien afirma que «La única explicación para la destrucción de los trenes tras los atentados es que había que poner una versión oficial que fuera distinta de la real, y como la real -que eran los trenes propiamente dichos- iba a contradecir la versión oficial, pues había que deshacerse de los restos como fuese«.
Asimismo, queremos aprovechar la ocasión para volver a indicar nuestro más sentido pésame a todas las victimas y familiares afectados por el infame atentado.