Primero se trata del dólar frente al yuan creemos que los chinos deben dejarse de hacerse los suecos y revaluar su moneda para depreciar al yuan por debajo de los 7 dólares para tener tranquila a la fiera de Trump, vaya a ser que como siga viendo tantos yuanes por dólar se ponga otra vez nervioso y haga otra patochada de las suyas.
Y el otro par y es el que nos debe preocupar a los europeos es la libra euro porque camina hacia la paridad y eso supondría sobre el 30% de depreciación desde los máximos del 2015, esto es perfectamente posible si a Boris Jhonson le sale todo bien y a pedir de boca, patada a la UE y corriendo a EEUU a firmar un bilateral express en la Casa Blanca. La UE tiene toda la pinta de que va a tragar con los apaños que quiere Jhonson para un divorcio de mutuo acuerdo que luego conlleve el correspondiente convenio regulador de la nueva situación, así Europa cobra algo y los británicos se van como quieren irse, de forma política pero no mercantil, seguirán siendo tratados como un estado miembro pero respetando su total y absoluta independencia, van a conseguir irse a la carta.
Si Europa se opone a ello cuidado, el Reino Unido no es Grecia su marcha de un portazo a parte de 40 000 millones de euros nos puede suponer a todos los estados miembros un agujero en nuestra balanza comercial y ahí el BCE no puede hacer nada. A medida que baja la libra con respecto al euro de acuerdo el británico pierde poder adquisitivo en Europa pero gana competitivad en sus exportaciones, si los castigamos con políticas proteccionistas arancelando como USA a China entramos en otra guerra comercial donde es un pierde-pierde.
Pero también hay un aspecto político global a valorar por la UE si concede un divorcio de mutuo acuerdo no lesivo para las partes cuidado porque eso lo verán otros países con partidos «euro-escépticos» en el poder o aspirantes a él y claro podrían pedir lo mismo que lo que se conceda al Reino Unido y con razón, no se puede dar a unos si y a otros no. Podríamos llevarnos un palo desde Holanda, Austria e incluso Italia y malo que no llegue Marie Le Pen a los Campos Elíseos o un arribo neo-fascista brutal en Alemania.