Ciudades, coto vedado a los pobres

Ciudades, coto vedado a los pobres

Bancos de cemento que simulan ser confortables, hiedra de plástico que simula naturaleza viva para embellecer el paisaje urbano, pinchos en los aparadores y hasta zumbidos de alta frecuencia. Estrategias urbanísticas que intentan desalentar las conductas no deseadas por el poder. La arquitectura hostil, o defensiva, es una tendencia de diseño urbano donde los espacios públicos se construyen o alteran para desalentar su utilización. La protagoniza un mobiliario de vocación disciplinaria. Los más afectados por esta estrategia son las personas sin hogar y los jóvenes. Esta tendencia está más típicamente asociada como medio de repeler a las personas sin hogar, por ejemplo, en la forma de «pinchos anti sin techo«, los cuales son colocados en superficies planas para impedir su uso como lugar de descanso.

Ejemplos hay en todas partes, pero en concreto Buenos Aires lleva doce años inmersa en dicho proceso con el objetivo evitar que personas que vivan en la calle ocupen banquetas públicas, espacios para dormir debajo de las autopistas, etc. que a fin de cuentas son estrategias para ocultar la exclusión y pobreza acumulada en las grandes urbes; son, simplemente, soluciones que abordan desde un punto de vista meramente técnico los síntomas de un problema social sin considerar sus causas, que limitan también el uso del espacio público al resto de la población y restringen su libertad.

Uno de los últimos ejemplos son los contenedores de basura “inteligentes” y anti-pobres, claro, que por su diseño hermético pretenden servir “para evitar que la gente se meta y saque basura” según lo expresó Eduardo Macchiavelli, ministro de Ambiente y Espacio Público de la Ciudad de Buenos Aires.

En síntesis se busca tapar lo que nadie quiere ver: pobreza y exclusión.

Muchas ciudades en China, Londres, Canadá, Japón, Estados Unidos, España, etc, aplican también desde hace tiempo dicha tendencia que busca alejar a los sin techo hasta de los escalones y bancos de las plazas mediante asientos inclinados, piedras estratégicamente diseminadas, etc, etc. Este diseño urbanístico expulsivo ha pasado por diversos procesos dirigidos a crear un entorno urbano en función del automóvil y de aquella parte de la población que el gobierno de la ciudad llama «ciudadanos que pagan sus impuestos«, un digno mapa de la separación que, definitivamente, ha triunfado.

Fuente:  agenciapacourondo.com.ar/cultura/arquitectura-hostil-la-ciudad-como-un-territorio-sin-pobres

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