En cuestión de un año hemos asistido a la quema de masa forestal y exterminio animal de proporciones más allá de bíblicas, mientras se quemaba la amazonía la gran Africa verde ardía y antes lo había hecho por el norte Siberia y desde hace semanas más al sur Australia. ¿Qué curioso arden los pulmones verdes de la tierra, miles de especies animales son esquilmadas, muchos en peligro de extinción o solo endémicas de la zona quemada? y el resto del mundo apenas hace nada nada, muchas denuncias ecologistas, muchos golpes de pecho de políticos, algunos millones de caja de movidas humanitarias de artistas ricos , pero los que apagaban el fuego tenían que retirarse ante su voracidad y los pocos recursos para combatirlos.
Cada foco de cada fuego desde latino américa a Australia tiene nombre y apellido que responde a intereses creados muy concretos e incluso tiene nombre de pueblos a los que las medidas políticas les hacen quemar los bosques porque económicamente es mejor tener la tierra rasa que verde. En África se quemaron más hectáreas que en el Amazonas , en Siberia y Australia se hablan de magnitudes de países completos europeos.
Nuestras reservas verdes, flora y fauna están siendo exterminadas y extinguidas porque a manos concretas ya no con nombres y apellidos sino con logos comerciales les perjudica en su expansión.
Dios nos perdone a todos porque somos culpable de hecho y omisión, si no defendemos el aire que respiramos y la tierra que nos da de comer para en su lugar poner granjas y cultivos transgénicos con el cuento de darnos de comer a todos cuando en realidad lo que tratan es de abrir y crear mercados donde no hay más que naturaleza y animales que no pasan por las tiendas y mucho menos por las ventanillas de hacienda. Si no protegemos a la naturaleza de nosotros acabaremos matándonos los unos a los otros como cuando los virus acaban con un ser vivo porque fuera de él no hay vida.