En el pasado los dogmas políticos, económicos, financieros, sociales y culturales parecían perpetuos, durante toda la vida laboral activa de un ser humano en occidente la evolución de la innovación era extremadamente lenta y poco percpetible por la sociedad y desde la idea a la materlización o puesta en consumo todo seguia evolucionando como si no existiera, pero ahora la inercia es que los ciclos sean cada vez más cortos pero a su vez exponencialmente más importantes en el grado de alcance en todos los ámbitos, ahora desde que se produce una idea se pone en marcha a velocidad luz y puede cambiar un sector mercantil de un día, semana o mes para otro.
Es decir desde que se piensa hasta que llega a la masa trascurre cada vez menos tiempo ahora vivimos una nueva ola con las energías limpias, renovables y alternativas, en la automatización, en el marketing y ventas, empresas disruptivas entran como cuchillos en mantequilla, el auge de la economía circular y un largo etecetera hacen que la innovación tenga efecto bola de nieve, es decir a medida que avanza más grande y fuerte se hace, y quien no comprenda esto muere, quien no sepa surfear las olas se ahogará y solo servirá para el aparato logístico de las nuevas economías emergentes, es decir, para entregar paquetes o para dar al cliente un servicio que sin la persona sería imposible.