Que tal como está el mundo de revuelto ahora mismo el principal selectivo del mundo se haya comportado de esta manera tiene que ser un bofetón o un guantazo del tamaño del de Will Smith al presentador de la gala de los Oscar, más gráfico no lo podemos decir.
Está todo en contra para que el mercado siga manteniendo la tendencia pre-existente, grandes gurús que llevan profetizando el crash para el trimestre que viene desde Dios sabe qué año ven como el mercado se va arriba una y otra vez, una y otra vez, además en España hay una señal de suelo que es cuando el ecomonista Santiago Niño Becerra (el Dr. No español) sale a medios a decir que esto va a sucumbir que no veremos jamás tal o cual nivel de precios, que estamos condenados a sobrevivir y él como siempre aprovecha estas coyuntura para vender «su libro» «Futuro ¿qué futuro?«, en el 2020 aprovechó para vender el libro «el crash III parte», en el 2013 «Diario de un crash», en 2012 «Má allá del Crash», en 2010 «el crash del 2010: toda la verdad sobre la crisis».
No se nos ofenda nadie ¿pero a qué comprar cuando él saca un libro es ganar fijo?. Cuidado al César lo del César es un gran intelectual y docente de este país.
En fin este mes de marzo donde todos temblábamos por la tormenta de volatilidad que se registraba en los mercados financieros ha supuesto casi una vuelta alcista a máximos, se ha quedado rozando el 78,6% tras su rebote de febrero, por supuesto ha roto la bajista de máximos y recuperado el 61,8% el único pero que le podemos poner a corto plazo es una clara divergencia bajista de la rotura de la bajista hacia arriba que nos debe poner en guardia ante retrocesos.
Nunca podemos descartar que lo visto este mes haya sido un rebote técnico dentro de un movimiento bajista superior. Os hemos sacado la vela de marzo del SP500 de hace una hora y no es fea, lo que pasa es que eso, pedirle más es codicia y dentro de dos semanas tenemos ya anuncios de resultados y no podemos confiarnos lo más mínimo porque lo normal es que empiecen a salir generalizadamente por debajo de lo esperado, sobre todo en valores patrones sectoriales.