CAPITALRADIO 07/09/2021 17:18 (ACTUALIZADO 07/09/2021 17:25)
«Error trágico”, “un duro despertar”, “nadie conoce la realidad del país”… estas son algunas de las “perlas” que ha dejado en las últimas horas el multimillonario George Soros sobre China y las inversiones de firmas estadounidenses en el país asiático. ¿Cuál es la razón de esta animadversión del magnate hacia la segunda economía del mundo?
China, el gran peligro para los mercados mundiales en estos momentos, eso sí, según dice George Soros. El multimillonario inversor va a la guerra contra Xi Jinping y sus firmas, pero también reparte sobre gestoras estadounidenses como BlackRock.
La compañía lanzó el pasado 30 de agosto un conjunto de fondos mutuos y otros productos de inversión para consumidores chinos, la primera empresa extranjera en hacerlo dentro del territorio continental chino tal como les contamos hace unas semanas en Capital Radio. Un proyecto que no ha gustado, y nada, a Soros.
Este movimiento se articuló la pasada semana, apenas tres después de que BlackRock diera un espaldarazo a la economía china diciendo en una carta a sus inversores que triplicaran sus posiciones en activos chinos.
Una lluvia de miles de millones de dólares hacia el gigante asiático que no convence a los más tradicionales que no se fían del oscurantismo del Ejecutivo chino y, mucho menos, de su todopoderoso presidente, Xi que, como les hemos contado en las últimas semanas, considera a todas las firmas del país, ya sean públicas o privadas, propiedad del partido comunista de la nación.
Una situación que, dicen algunos, ha podido malinterpretar BlackRock y ello, apuntan, podría haber trastocado sus decisiones de los últimos meses. Sin embargo, otra corriente sale en su defensa y aboga por una sobreexposición a China a cambio de salir de otros mercados como los estadounidenses o europeos donde, en estos momentos, las rentabilidades son menores.
«Trágicos errores»
Pero en un artículo de opinión en The Wall Street Journal, George Soros muestra este martes algo de indignación sobre esta posición de la gestora y califica esto movimientos de “trágicos errores”. Palabras del fundador del Soros Fund Mangament y el Open Society Foundation que vienen precedidas de otras opiniones; vertidas en este caso sobre las páginas salmón del Financial Times en las que denunciaba que la firma hubiera “forzado” a los inversores estadounidenses a “meter” dinero en empresas que no cumplían con la ley.Soros explica que los problemas que sufre el país actualmente se deben a las políticas aplicadas por los Gobiernos anteriores.
Quiebra inmobiliaria
Por ejemplo, la caída de la natalidad, que el inversor cree que es mayor aún que la que reconoce Pekín, va a reducir la demanda de vivienda, lo que ha llevado, entre otras cosas, a la inminente quiebra del conglomerado inmobiliario Evergrande.Una situación que desembocará, de nuevo, en una gran crisis inmobiliaria, similar a la de 2008, según vaticina Soros. Sobre ello nos hablaba hace unos días en Mercado Abierto Eugeni Siscar, gestor de Quantopian Alternatives.
Pero al final del corte está la clave: Siscar dice (al contrario de Soros) que sería un error no entrar en China. Una idea que confirma ante estos micrófonos, Leonardo López, country head para Iberia y LATAM de Oddo BHF.
Pero Soros sigue en sus trece: el mes pasado, en otro artículo en prensa lo calificaba como “el más peligroso enemigo de las sociedades democráticas”.
¡A la guerra!
Una afirmación que sostiene sobre decisiones como al fallida salida a bolsa de la filial financiera de Alibaba, Ant Group en noviembre de 2020 o las medidas disciplinarias tomadas este verano contra la firma de transporte compartido, Didi.Tal es el miedo que le tiene Soros a los chinos que a mediados de agosto su fondo de inversión decidió salir de las empresas chinas que cotizan en la bolsa de Estados Unidos al vender por 77 millones su participación en Baidu, el Google chino y por casi 47 millones más Vipshop, una empresa de comercio electrónico con sede en el gigante asiático.
Además, el magnate también desinvirtió en Tencent, otra tecnológica duramente afectada por las nuevas regulaciones del Gobierno asiático.
Huida tras Soros
Un movimiento que provocó otras espantada de inversores sobre valores que aquellos días de verano se desplomaron: D1 Capital Partners, la firma de inversión dirigida por Sundheim, vendió sus 25 millones de acciones de New Oriental Education & Technology Group. Además, Soroban Capital Partners, la empresa de fondos de cobertura cofundada por Mandelblatt, abandonó su participación de 2,06 millones de acciones en Alibaba, el Amazon chino.¿Comprometerse con China?
¿Es la hora (a pesar de Soros) de comprometerse con China. Fernando Luque, editor en España de Morningstar, nos decía que sí (al menos con la renta variable). Y nos remarcaba: la bolsa del gigante asiático, ahora, es una oportunidad de oro.Es más, según Julián Coca, responsable de Renta Variable de MCH Investment Strategies con quien hablábamos hace un momento, ya no es que esté bien la bolsa, es que el país cada vez es más atractivo.
«Es probable que los clientes de Blackrock pierdan dinero y más importante, dañará los intereses de seguridad nacional de los Estados Unidos y otras democracias «, esta es la dilapidaría frase con la que cierra su artículo Soros en la prensa, pero que, como hemos visto, muchos de los analistas, al menos los que hemos consultado, no apoyan. Ahora China está fuerte y es una oportunidad de oro.
Ni la guerra ni el giro hawkish de los bancos centrales ni el encarecimiento de la energía, el gran riesgo a corto plazo para la economía global es China, según advierten los economistas de JP Morgan en una nota enviada esta semana. Los confinamientos severos en grandes núcleos financieros e industriales del país están suponiendo un gran lastre para la segunda economía del mundo. China ha sido el mayor contribuyente al crecimiento global en los últimos años y su paralización puede dejar coja a la economía mundial.
Según los datos de la propia Oficina de Estadísticas Económicas, el 25% del incremento del PIB mundial en 2021 fue gracias a China. Aunque la economía asiática representa ‘solo’ el 18% del PIB mundial, su rápido crecimiento la convierte en el gran motor del avance del producto global, por encima incluso de EEUU. Por eso, ahora preocupa tanto el frenazo económico de Pekín, que se produce justo cuando la economía global comienza a desacelerarse. Aunque los datos de covid parecen estar mejorando, las medidas para contener el contagio ya han hecho mella en la economía local y también en los puertos y las fábricas que nutren a toda la cadena global de suministros.
Las gráficas son las gráficas y además tozudas y a pesar de ser el país que mejor ha gestionado la pandemia con su política «covid cero» elevada a la máxima potencia al punto aislar y arrestar domiciliariamente a su población la RV CHINA está en mínimos de marzo y como dijimos la semana pasada cuidado no sea ella un «leader indicator», es decir el futuro de las bolsas del mundo que en China es hoy su presente financiero. La estructura alcista de su mercado según MSCI NET USD desde luego está rota.