El sectarismo de la ministra de Igualdad es consustancial a ella

Luego se queja o le echa la culpa a la ultraderecha pero comete ella sola unos errores de un volumen catedralicio, como aquella vez con las niñas de Tenerife asesinadas por su padre apenas tardó para introducir el caso en uno de sus mítines y en caliente pedir «justicia feminista», pero a la vez no mentó al de la niña Yaiza asesinada en Barcelona por su madre, el indulto a la Sra. Sevilla que secuestró a su hijo para que su padre no lo viera al punto de des-escolarizarlo, los bochornosos casos y silencios cómplices de los oscuros casos de agresiones sexuales en la Comunidad de Valencia y Baleares, nuestra ministra de Igualdad, que no directora general del instituto de la mujer felicitando a Alexia Putellas por su balón de oro y no hacer la más mínima mención a Gavi por ser el «golden boy» en el mismo acto.

Luego claro esto es cosas de fachas, fascistas, ultraderechistas, machistas que ella no esto y no lo otro … ahora no toca hacer política con la desgracia del padre al que su pareja le mata a su hija, tampoco era hacer política por no mentar a la niña Yaiza, luego si, por presión social más que voluntad propia lanzan el tuit de rigor. En fin ahí la tenemos con la ley del si es si , la ley trans y tratando de retorcer la ley para poder adoctrinar a los niños desde su más  tierna infancia en materia de sexualidad.

Dejamos que esta abogada hable en nombre de mucha gente que pensamos lo mismo ,  que lo hace con propiedad aunque claro automáticamente será calificada de facha claro pero que sepamos «es abogada penalista y de familia» y suponemos que sabe lo que  dice y cómo lo dice. Si para dar paso a una sociedad igualitaria en el aspecto  de género tenemos que cambiar del machismo patriarcal al feminismo matriarcal, y de la patria a la matria, pues mire usted no, porque me está cambiando un «ismo» o por otro «ismo» es decir nos quieren pasar de un extremo al otro que encima tal tránsito se hace para crear redes clientelares de votos, con medidas que no son más que un retorcimiento de la ley con nuevas leyes  que rallan  el absurdo por introducirles tanta carga ideológica que solo serían aplicables y aceptables para los correligionarios del partido morado. Porque hasta los socialistas ya tienen serias dudas de la validez social de las medidas que se proponen sin caer en la discriminación del hombre hasta el punto de retirarle la presunción de inocencia, o de prestar ayudas a mujeres sin sentencia judicial condenatoria al maltratador.