Podrá ser paradójico pero es un dato de la NFIB para elaborar su índice de confianza del pequeño empresario y este a cierre de abril está más bajo que cuando por el covid hizo mínimos en en el 2020. Así de grande y fuerte es el miedo de las pequeñas empresas mayormente de corte familiar y autónomos. Para niveles inferiores a los actuales tendríamos que remitirnos ya al momento de la crisis subprime.
Incluso el índice de confianza del consumidor estadounidense por la Conference Board (recuerden que también hay otro muy seguido como el de la Universidad de Michigan) está comparativamente muy por encima.
Nosotros creemos que es el pequeño negocio en realidad quien está sufriendo realmente la inflación y la medicina para combatirla (la subida de tipos) y quien está notando la caída del consumo. Tened en cuenta una cosa cuando suben precios o con el salario hay que hacer malabares los consumidores acuden a establecimientos con rendimientos de escala que pueden reducir sus precios porque lo que pierde por unidad lo gana por volumen, esto no lo puede hacer el pequeño vendedor.
Eso de que el consumo no se está cayendo o deteriorando en EEUU como se predecía por la fuerte subida de tipos en tan poco tiempo va por barrios, quien si lo tiene negro es el establecimiento pequeño, de cercanía, que ve como le aumentan los precios a todo y no puede competir con los negocios mayores de ninguna de las maneras. Nadie compra en una tienda por solidaridad con el dueño de la misma, lo hace por precio o por calidad. De ahí que el mercado del lujo o la especialidad quede al margen de esta crisis porque su clientela es la que es y siempre la será.
